Mas sabe el diablo...

Pecados

Arrastrando el alma sobre la hoja en blanco que descansaba en su escritorio, las palabras se materializaban con una cadencia tan ritmica que casi parecia algo mecanico. Se olvido de escuchar a su cerebro, y no le importo desnudar sus sentimientos y fundirlos con deseos y mentiras que se retorcian lujuriosamente alrededor de la linea que separa la ficcion y la realidad. Personajes reales vivian situaciones inpensables, ...titeres sin nombre besaban a sus amantes... Mientras sus instintos volaban cogiendo de cada rincon aquello que les gustaba, el sudor recorria su cuerpo. Sudor provocado por el cansancio, por la angustia, por el placer, por el dolor; se le antojaba lo mas parecido a un parto que jamas podria sentir. Pasaron los minutos, las horas... y nadie podria haber imaginado como alguien en ese estado era capaz de hacer algo parecido. Su mirada se perdia mas alla de donde nadie pudiera seguirla, y solo un ligero reflejo en sus ojos hacia intuir consciencia en su mente. De vez en cuando, un susurro, un jadeo, algo... rompia el claustrofobico silencio que inundaba la habitacion, y parecia que un aire nuevo renovaba la viciada atmosfera del lugar. Y de pronto paro. Se dejo caer contra al respaldo se la silla, y con su mano barrio hacia atras los cabellos que caian frente a su cara dandole el aspecto de un completo demente. Permanecio unos segundos con los ojos cerrados, y entonces se volvio a reclinar hacia delante. Observo despacio los garabatos que se habian plasmado en los papeles, que poco antes habian estado en blanco. No quiso pararse a leerlos. Se levanto, introdujo la mano en un bolsillo y cogio un par de billetes que tiro sobre aquel monton de historias concentradas, y con la sangre martilleando todavia en su cabeza, abandono la habitacion.

No le deis mas vueltas... ser felices como querais.