Mas sabe el diablo...

¿Bienvenida?

La vi hace tiempo. La vi acercandose despacio, con los brazos abiertos en señal de acogida, esperando un abrazo. El manto que arrastraba no me dejaba ver lo que habia detras suyo, pero podia intuirlo. La rodeaban torbellinos de polvo,... de aire caliente que distorsionaban su silueta y me impedian calcular la distancia a que se encontraba. No tenia demasiada importancia, pronto llegaria. El sudor me cubria frente y se deslizaba por mi espalda pegando la ropa a mi piel. Estuve tentado de levantarme y acudir a recibirla... pero no, las cosas no son asi. Debia esperar pacientemente en mi sitio para hacer las cosas bien hechas. La espera... Su expresion no era la que esperaba, sus rasgos duros pero hermosos, no vi saña, no vi venganza; pero tampoc tristeza, ni dudas. Sonreia y su sonrisa era sincera, pero no me gusto; bien al contrario. Mas escalofrios. Sus ojos brillaban con la luz de un millon de vidas, pero los podia mirar y ver su interior, un interior vacio, profundo, nada. Se acerco, giro a mi alrededor y mientras la miraba acaricio mi rostro para que pudiera sentir su tacto suave como el algodon, y acaricio mis labios para que pudiera sentir su sabor amargo como la hiel, y me hablo al oido para que pudiese oir su voz lejana como el olvido. Recorrio la habitacion despacio, nos miro como si esperase algo de nosotros... y como habia venido se fue.
Aquella escena se repitio un dia, y otro dia, y otro dia... hasta que una noche, mi frente ya no se cubrio de sudor, deje de sentir esacalofrios, y ya ni me importaba la vaciedad de sus ojos, ni la suavidad de su tacto, ni la amargura de su sabor. Y ella volvio a pasearse por la habitacion y cuando se disponia a marcharse me levante, me interpuse en su camino: " No. Hoy no ". Solto una carcajada y asintiendo me tendio la mano, y al tomarla me quemo el cerebro y me helo la sangre. Era muy diferente ese tacto robado; no era suave como el algodon, sino cortante como el cristal, punzante como alfileres, hiriente como la traicion. La acompañe hasta su lecho, y mientra lo hacia el peso de la culpa oprimia mis pulmones hasta impedir que una sola gota de aire nuevo entrara en mi. Asfixia. Le dio la bienvenida pero con tristeza y me alegre de no tener alma porque se me hubiera roto en mil pedazos. Se besaron y se fueron juntos. Por un instante, me parecio ver mi cara reflejada en ella... solo un instante.
A la mañana siguiente desperte recordando la lejania de su voz, que se hizo en mi interior fuerte y cercana como el recuerdo. Y su carcajada... ¿ podre algun dia olvidar esa carcajada ?. Supongo que no, pero no importa. Aprendi a vivir con ella y solo golpea de vez en cuando. La proxima vez que la vea, espero que se acuerde de mi; siempre es mas facil andar con conocidos cuando enprendes un viaje.